PRESENTACIÓN.

La primera vez que organicé un evento a bordo, cometí muchos errores. No tenía conocimientos náuticos y mucho menos del medio en el que me encontraba.

Afortunadamente, el barco estaba amarrado en puerto, pues no quiero ni pensar si además, se hubiera encontrado en navegación o fondeado en algún lugar más o menos lejos de la costa.

La elección de este trabajo es fruto de esa primera experiencia náutico-profesional-protocolaria.

Después de aquello, y unido a mi gusto por el mundo náutico, vino la consecución de mi título de Patrón de Embarcaciones de Recreo, al que en breve seguirá el de Patrón de Yate.

Formé parte durante tres meses, en el 2008, de la tripulación del yate Trinidad III, (primer Fortuna), propiedad del Excmo. Sr. Marqués de Mondéjar, D. Íñigo Cotoner y Cotoner, heredero del título a través de su padre, D. Nicolás Cotoner y Cotoner, XXII Marqués de Mondéjar y Grande de España, primer Jefe de la Casa Real con S.M. el Rey y primer tutor de S.A.R. el Príncipe de Asturias.

Fueron días duros a bordo, algunos interminables y difícilmente catalogables, días de observación, en muchos casos embelesada, del hacer y deshacer de un gran profesional de la navegación, el Capitán del Trinidad III, F.J. Santiago Palacios, compartiendo con él dificultades y falta de medios en muchas ocasiones, frente a situaciones que requerían más de mi formación como profesional del protocolo que de la suya, de amplísimo currículo náutico.
A raíz de esta experiencia me di cuenta de la escasa o nula formación en organización y protocolo de los profesionales que trabajan a bordo de las embarcaciones de medias y grandes esloras, cuyos propietarios son personas con alto nivel de vida y relaciones sociales de tipo VIP.

Me di cuenta asimismo de que estos profesionales se alejaban frecuentemente de sus verdaderos cometidos, haciendo lo que pueden cuando se encuentran con 20 variopintos invitados a bordo.

Este Manual es fruto también de una afirmación personal, de un gusto por la mar que descubro tal vez algo tarde para llevar a cabo algunas ilusiones, pero lo suficientemente a tiempo para proporcionarme satisfacción.

Mi pretensión es abrir, ahondar, facilitar el camino del asesoramiento a otros compañeros y compañeras, profesionales del protocolo, que decidan dedicarse a esta vertiente hasta ahora tan abandonada. Y digo hasta ahora, porque según he ido viendo, se comienza a conformar como una vía de trabajo novedosa y llena de posibilidades, que me inspira un trabajo de futuro que me ilusiona, y que espero materializar no dentro de mucho.

Obviamente, Canela Sea no existe, pero podría. Cuando esto ocurra, estará pensada desde una perspectiva concreta. Canela Sea priorizará el empleo de técnicos de protocolo especializados en el sector náutico, que habrán obtenido sus títulos profesionales de capacitación para el gobierno de embarcaciones de gran eslora.

De este modo, este Manual no es típico ni convencional. No contempla exclusivamente los aspectos meramente protocolarios, sino que añade conceptos necesarios para situarse en el medio laboral concreto. Con este Manual en la mano, un Capitán podrá participar y desenvolverse eficazmente en un acto organizado a bordo de su embarcación, entender el porqué de algunas necesidades, y, por otra parte, el personal de menor categoría sin la amplia formación de aquellos, tendrá garantizados los mínimos conocimientos marineros que le darán seguridad en el desempeño de su labor. Por su parte, el profesional de protocolo ocupa el sitio que le corresponde a bordo, al igual que hasta ahora intentamos tenerlo en tierra.

Es un primer paso, seguramente incompleto y defectuoso, pero la creación de la empresa Canela Sea, y la confección de su imaginario Manual de Estilo, puede ser el comienzo de una materialización más perfecta.

En el futuro cercano, espero que pueda ver la luz el otro Manual que estoy confeccionando: “Housekeaper-sea, entre tripusoles y tripulantes”, que ofrecerá todas las vertientes específicas que un housekeaper-sea puede desarrollar a bordo de una embarcación, independientemente de su eslora.

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